conectando territorios, desde el cerro pan de azucar hasta la laguna de santa Elena. Voces de la madre tierra

Conectando territorios: de la montaña a la laguna

Con la intención de promover el reconocimiento de los territorios ancestrales, Voces de la Madre Tierra, en alianza con el curso Pensamiento Ancestral de la Universidad de Antioquia y la Expedición Aburrá, invitaron a un peregrinaje “Conectando territorios” desde el Cerro Pan de Azúcar a la Laguna Seca del parque de Piedras Blancas en Santa Helena el pasado 18 de noviembre.

Durante la caminata que reunió a unas 30 personas y se motivó a los participantes a buscar la conexión de sus propósitos en la montaña con la sanación de la laguna. “Creo que se sembró una semilla de aprender a caminar, aprender a respirar, aprender a observar, aprender a estar, aprender a escuchar, aprender a hablar y esto se resume en gratitud y felicidad” dijo, Carlos Agustín López Gaviria.

Es importante valorar el acto de recorrer los caminos ancestrales y reconocer la gran ayuda que representan para sanar y reencontrar a los seres humanos con su esencia.

Con esta propuesta de reconexión constante con la bondad de la Madre Tierra y los territorios sagrados, se busca implementar pedagogías ancestrales en la práctica cotidiana, con el propósito de nutrir y enriquecer la relación de los participantes con el entorno.

Voces del Peregrinaje

Durante la experiencia del peregrinaje sentí mucha gratitud, mucha alegría por la forma en que las personas, que iban acompañándonos tomaron las dinámicas propuestas, es decir algunos iban con otra tónica, iban buscando solo hacer deporte o parar su rutina pero se encontraron con unas propuestas de meditación, de repensar la vida desde otros ámbitos. Carlos A. López Gaviria.

Fue un encuentro para compartir palabra, compartir silencio, compartir alimento, compartir esa travesía que nuestros ancestros hacían en lo cotidiano, en esas aventuras de visitar y conocer otros pueblos, otros hermanos entonces iniciamos un gran camino… Al entrar en ascenso para estar y sentir la montaña, respirar la montaña, esa que nos habita, esa que nos alberga, esa que nos protege, hasta llegar a algunos puntos de poder, a algunos puntos de encuentro de palabra, algunos puntos para visibilizarnos y sentir la ciudad desde un punto que muchos conocían por primera vez y que para otros que ya la hemos caminado también es especial y seguirá siéndolo. Rubén Vásquez.

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