Homenaje póstumo a la Saga María de la Cruz Mojica Simongama

El vuelo de la Sabia del canto y la danza

Homenaje póstumo a la Saga María de la Cruz Mojica Simongama (1946 – 2024)

“Paga espiritualmente por lo que hacemos a los ríos, a los mares, por todo… Paga todo a la Naturaleza, así como pagas por tus cosas materiales en este mundo, hazlo espiritualmente por todo lo que recibes. Si eres anciano o anciana y ves que todo se está acabando, puedes orientar a otro, enseña a cuidar toda la creación. Todos juntos. Si eres civilizado, ven y ayuda a proteger y cuidar. Si eres señorita, danza y canta para que pagues todas las deudas que tenemos con la divinidad. Hoy en día los jóvenes olvidan esto y están ocupados en otras cosas”. (María de la Cruz, Pueblo Wiwa. Voces de la Sierra Nevada)

¿Te imaginas un mundo sin el canto de los pájaros? Cuando un sabio o sabia nos abandona para seguir el llamado de la Madre Tierra y del Gran Espíritu, nuestro corazón parece quedarse en silencio y experimentamos una soledad tan profunda como el océano. Cuando nos dejan las almas de aquellos seres que nos aconsejaron y cuidaron mientras entregaban sus vidas al servicio de la Naturaleza, sentimos un deseo inmenso por volver a escuchar sus palabras, que son como el canto de las aves, llenas de vida y sabiduría.

Este 24 de junio de 2024, a las 4 de la tarde, el espíritu de la Saga María de la Cruz, del pueblo Wiwa, emprendió su vuelo hacia el corazón de la Madre Tierra, seguramente para seguir cantando y danzando allí, como siempre lo hizo en la Sierra Nevada de Santa Marta, como siempre lo enseñó y aconsejó a sus aprendices y personas cercanas. Sus palabras siempre llevarán la fuerza del trueno y la delicadeza de una flor, ordenando y armonizando las vidas de todos los que busquen en ella un consejo o consulta espiritual.

Que la divinidad nos permita conservar la compañía de esta gran abuela y lideresa en el recuerdo de sus palabras y cantos trascendentales, y que su alma siga el curso natural de su deber y ejemplo de vida espiritual.

Muchas gracias Abuela por tu alegría, humildad, sencillez y dulzura, pero sobre todo gracias por haber decidido entregar el mensaje del cuidado de la Madre Tierra a tantas personas sin importar la cultura o tradición, mensaje que permanecerá como un tesoro invaluable en el corazón de quienes respetaron  y apreciaron tu misión.

Fuerza y amor para todos sus familiares y amistades, especialmente para las mujeres del pueblo Wiwa, Sagas y Mamos que continúan con su labor de sanar y limpiar a la Madre Naturaleza. 

En parte, el oro es como nosotros. Él es como un jefe de los animales, como un guardián. Se están muriendo los cerros y los ríos, porque ya no tienen dueños y están viviendo solos. Por esta razón respetar es también conocer a nuestra madre, nuestro mar, nuestra laguna. Saber quienes son ellos y porque viven”

“Para que el agua esté bien hay que ofrendarle cantando y danzando. Todos juntos cuiden el agua, la lluvia. Si olvidamos cantar y danzar a la divinidad, todo va a estar seco. Con la lluvia llega el alimento, es algo muy bonito. Pero sin lluvia, ¿qué vamos a comer?” (María de la Cruz, Pueblo Wiwa. Voces de la Sierra Nevada)

Por: Walter Andrés (Vishnu Bhakti Das)

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