Plegaria
Entonces, el agua
solamente el sonido del agua
que se desborda.
Las piedras bajo mis pies escuchan mis pensamientos
sin necesidad de hablar
sin susurrar siquiera.
Me reconozco y me abandono
con los pies sumergidos me olvido
me recuerdo y me olvido:
cambio.
El latido de mi corazón resuena bajo las piedras
como un breve susurro
que crece.
Así, el cause del río comienza a crecer dentro
y lo inunda todo.
Dentro no existe ruido,
solo la corriente.
Ofrezco al agua mis piedras y mis flores,
recitando una plegaria entre mis labios:
-yo soy el agua-.
Yo soy el agua, y como el agua fluyo
En espiral, corro.
Reconozco mi propio ritmo,
y con otros ritmos me encuentro:
Devengo.
Así, caminando bajo la lluvia
me despido de la montaña.
Este poema recoge la experiencia que se llevó a cabo en el segundo encuentro del curso hijos de la madre tierra, que tuvo lugar el domingo 3 de noviembre en el cerro Pan de Azúcar.
Fotografía : Isabel Cardona.
Poesía: Valeria Isaza Jiménez
Música: Ofrenda Iku a las aves, Rafael Izquierdo (Flauta Charu), acompañamiento Vishnu B.D. ( lira ).
Curso Hijos de la Madre Tierra
Universidad de Sabiduría Ancestral, Valle del Sol.