Voces de la Madre Tierra

La descolonización del Ser (Primera parte)

«La descolonización del Ser» es una investigación teórica y practica, la cual he venido desarrollando a lo largo de los últimos 10 años durante mi acercamiento a la profunda sabiduría de los pueblos originarios en la Sierra Nevada de Santa Marta (Voces de la Sierra Nevada – Gonawindúa), y mis estudios sobre ecología védica y el rol de la personalidad de la Tierra en la practica espiritual (Diosa Madre de la Tierra). El propósito de la misma ha sido compartir con otras personas algunas ideas y conclusiones, las cuales si bien hacen parte de mi proceso de sanación personal, considero pertinente exponerlas en este texto bajo la noción de «La Descolonización del Ser», a través de la cual podamos reconocer las principales interferencias en nuestra relación con la Naturaleza, y por lo tanto, con nosotros mismos. En esta primera parte expongo la colonización y dominio de la tierra, su continuidad en nuestros tiempos a través de la colonialidad y la desconexión de los territorios hasta identificar el eje central de La descolonización del Ser, es decir la sanación de nuestra relación con la Naturaleza.

Tanto la bibliografía empleada para complementar y profundizar nuestra lectura, como las notas, se encuentran vinculadas al final del texto a través de pequeños numerales intertextuales. Si tienes dudas, sugerencias, aportes o comentarios, no dudes en dejarlo consignado en el espacio para comentarios al final del articulo, o escribir por interno al WhatsApp de la web.

Por: Walter Andrés Gómez Vera (Vish_Bhak)

Colonización y el dominio de la Tierra

“Al ver a los reyes de esta Tierra ocupados tratando de conquistarla, la Tierra misma se rió. Ella dijo: “Mira cómo estos reyes, que en realidad son juguetes en manos de la muerte, desean conquistarme.” (Bhumi Gita).1

Existen palabras que parecen tener vida propia en el pensamiento colectivo e individual de los seres humanos, como un árbol que expande sus raíces, tronco, ramas y hojas, así mismo, algunos conceptos penetran en lo más profundo de nuestro ser y se consolidan como imágenes y recuerdos impactantes, los cuales a lo largo de generaciones pueden ramificarse y fructificar como ideologías y filosofías, con el potencial de guiar nuestros actos y estilos de vida.

Un claro ejemplo de ello es la palabra colonización, la cual nos evoca un sinnúmero de procesos históricos y traumáticos basados en la invasión, la conquista y el sometimiento de un pueblo sobre otro. Principalmente en América, África, Asia y Oceanía, en donde a partir del siglo XV se vivió un exterminio masivo de pueblos y civilizaciones enteras por parte de Europa y cuyo propósito fue principalmente el saqueo de oro y plata, así como la extracción y clasificación de especias y semillas, para el empoderamiento económico de países que estaban empobrecidos como España, Holanda, Francia, Inglaterra, Portugal, entre otros.2

Sin embargo, es interesante resaltar que aparte de esta colonización europea, han existido otros procesos similares a los largo de la historia, tales como la expansión de culturas Islámicas en regiones como África, la península ibérica y algunas partes de Asia. Otro caso destacado incluye la extensión del imperio mongol en el siglo XIII, así como la expansión de los imperios de Babilonia, Asiria y Persa en el primero y segundo milenio antes de Cristo.3 Así parece que cada territorio en el mundo ha tenido sus diferentes procesos de colonización, algunos más extensos, invasivos y crueles y otros más estratégicos, políticos y de menos impacto territorial.

En este mismo orden de ideas, cuando abordamos el origen de la palabra colonización, nos encontramos con que esta proviene del latin colonia o colōnus, la cual se refiere al proceso de establecer en un territorio la vivienda de quienes lo cultivarán. Se trata entonces de un origen basado en la expansión territorial para la agricultura,4 lo cual desde el punto de vista histórico, político y cultural expuesto en párrafos anteriores, nos permite comprender que en realidad el objetivo de todo proceso colonial es el control, dominio y explotación de la Tierra, de sus recursos y desde luego de las personas que tradicionalmente la han habitado en diferentes zonas.

Gustaf Bolinder (1888-1957)
El fraile capuchino Andrés Tovar y niños arhuacos practicando gimnasia sueca

1920, fotografía
000733
Museo de la Cultura Mundial (Gotemburgo, Suecia)5

Autor desconocido
Representantes del pueblo arhuaco dirigiéndose a solicitar protección del presidente 

1916, fotograbado, El Gráfico No. 315
“De izquierda a derecha: Diego Torres, Salvador Izquierdo, Juan Bautista Villafañe (Jefe), Juan Antonio Mejía; sentados; Rafael Izquierdo y Fermín Garavito”.6

Descolonización de la sierra nevada de santa marta

 

La colonialidad y la desconexión de los territorios

“Los pueblos indígenas… tienen una íntima conexión con la Tierra; la lógica para definir quiénes son está ligada a la Tierra. En su idioma tienen símbolos claros que los conectan a lugares de su Tierra…en Nepal, tenemos grupos que sólo pueden lograr su lugar espiritual en el planeta dirigiéndose a una cierta localidad”.7

A partir de las anteriores palabras de la lideresa Nepali, Stella Tamang, podemos comprender un poco la estrecha y profunda relación que existe entre los diferentes pueblos ancestrales y los territorios que habitan, convirtiéndose en protectores y custodios de ecosistemas enteros, ya que a nivel mundial cerca del 80% de los territorios que habitan contienen bosques (entre ellos bosques en alto grado de conservación).8

Lamentablemente parte de las estrategias vinculadas al objetivo colonial (control, dominio y explotación de la Tierra) ha sido la desconexión gradual de los pueblos originarios con sus territorios y centros energéticos o sitios sagrados. Por lo tanto, los pilares que sostienen la cultura e intermedian el vínculo con la naturaleza, tales como las prácticas espirituales y rituales, el lenguaje, el arte, la medicina, etc., han sido parte de un proceso gradual de degradación y debilitamiento histórico, conocido como colonialidad. Por ejemplo, aun en la actualidad existen procesos de imposición blanda o sutil a nivel espiritual, en los cuales la evangelización continúa afectando negativamente la identidad cultural de muchos pueblos originarios, al mezclar deliberadamente las historias y relatos de origen con los relatos bíblicos, cuyo propósito es imponer una narrativa extranjera sin conexión alguna con los territorios ancestrales.9

La colonialidad es entonces la perpetuación del poder y el control sobre las culturas colonizadas, junto con sus sociedades y formas de espiritualidad, comunicación y economía etc. Una de sus consecuencias más marcadas a nivel individual y colectivo, es la «infravaloración del ser»10 o el proceso histórico donde se heredan hábitos y costumbres basado en la inferioridad o subestimación de la vida humana y la naturaleza. En otras palabras, los seres humanos y los territorios colonizados en el pasado, adoptan el valor de medios u objetos para el uso y explotación de los colonizadores y sus herederos o sucesores.

En Colombia, al igual que en muchos otros territorios, aún nos cuesta aceptar y reconocer nuestra propia historia, a veces por la vergüenza o por el miedo. Pero hemos de recordar que hace apenas 43 años, el pueblo nativo de los Arhuacos o Iku (Ika) de la Sierra Nevada de Santa Marta, se vio al borde de un etnocidio por parte de los misioneros capuchinos enviados por el gobierno colombiano de aquel entonces,11 en un proceso que hacía recordar la inquisición medieval europea, ya que los nativos eran privados de llevar a cabo sus prácticas tradicionales según sus usos y costumbres. Las torturas y los castigos serían la forma de mantener al pueblo controlado, bajo el miedo y el empleo de una educación colonial basada en aislar a los niños y niñas de sus padres, para rapar sus cabezas y confinarlos en internados, donde posteriormente saldrían como personas “civilizadas” que preferirían la orientación católica o cristiana sobre la enseñada milenariamente por los Mamus o guías espirituales tradicionales.12 Sin duda este episodio de cómo el pueblo Iku logró resistir y unirse para expulsar finalmente a sus agresores misioneros, sin levantar una sola arma, sino a través del diálogo y el trabajo comunitario y espiritual, merece un análisis y estudio más profundo y dedicado, pero basta con evocar aquel lamentable hecho para evidenciar los alcances de la colonización y la colonialidad aún en nuestros tiempos.

Sanar nuestra relación con la Madre Naturaleza

Considerar la Tierra y las demás entidades vivientes como objetos o cosas para ser sometidas y explotadas, hace parte de una relación degradada con el conocimiento y el poder, así en el Bhumi Gita13 o Canto de la Tierra, el cual fue escrito hace más de 5 mil años, se nos advierte acerca del detrimento en las relaciones entre la humanidad y la Madre Tierra de la siguiente manera:

“Al ver a los reyes de esta Tierra ocupados tratando de conquistarla, la Tierra misma se rió. Ella dijo: – Mira cómo estos reyes, que en realidad son juguetes en manos de la muerte, desean conquistarme -”

El verso anterior expone la lamentable condición en la que, hace 5 mil años, se iniciaría lo que se conoce como la actual era de Kali o Kali Yuga14 en la cosmovisión védica. En esta era, el cultivo de virtudes humanas como la compasión, la veracidad y la limpieza mental y espiritual es casi inexistente, mientras que la competencia, la riña y la hipocresía toman auge en una sociedad donde la mayoría de las personas terminan siendo lideradas por gobernantes políticos. Estos líderes promueven un estilo de vida colonial donde la guerra se justifica en búsqueda de la obtención de los recursos de la Tierra.

Por lo tanto, la descolonización del Ser significa sanar nuestra relación con la naturaleza, lo cual implica replantearnos la forma en que conocemos nuestro entorno. No debemos olvidar la metáfora baconiana15 sobre la cual se fundamenta la ciencia moderna, donde se compara el proceso de investigación científica (experimentum) con una «vejación experimental«16 o proceso de tortura utilizado para extraer información de mujeres consideradas brujas durante la Inquisición europea. Las palabras de Bacon, «torturarla hasta arrancarle sus secretos»17, dejan entrever la influencia del pensamiento degradado y cegado por el deseo de poseer la naturaleza, como se expuso anteriormente en el Bhumi Gita.

arte arhuaco o Iku - Voces de la Sierra Nevada - Descolonización del ser
Agradecimiento especial a Ati Zaynara (pueblo Arhuaco) por su disponibilidad en usar su arte en este artículo.

Notas

  1. Swami Prabhupada, B. (1980) Śrīmad-bhāgavatam: 1.12. Bhaktivedanta Book Trust. España ↩︎
  2. Cuervo A. Benedicto. La conquista y colonización española de América. Historia Digital, XVI, 28, (2016). ISSN 1695-6214. ↩︎
  3. Cañedo, R. y Karell, M. Apuntes para una historia universal. ACIMED v.12 n.1 Ciudad de La Habana ene.-feb. 2004. ↩︎
  4. Según la RAE https://dle.rae.es/colonizar ↩︎
  5. Fotografía tomada de Revista Credencial: Luchas Arhuacas a principios del siglo XX. Por Bosa, B. ↩︎
  6. Fotografía tomada de Revista Credencial: Luchas Arhuacas a principios del siglo XX. Por Bosa, B. ↩︎
  7. Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, 2007. ↩︎
  8. Según la FAO: Importancia de los territorios donde los pueblos indígenas y tribales realizan la gobernanza forestal de forma colectiva. ↩︎
  9. En mis viajes e investigaciones de campo, he podido evidenciar la presencia de evangelización (católica y cristiana) en las cuales se disfraza o camufla de etnoeducación y ayuda a los pueblos originarios en la Sierra Nevada de Santa Marta, con el propósito de hacer traducciones de la Biblia a las lengua, Kogui, Wiwa y Arhuaca. Hecho que evidencia la violación de los pueblos originarios a su libre determinación, enseñanza y práctica de sus propias tradiciones, ceremonias y rituales en relación con sus territorios y ancestros, según la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, Artículo 12 ↩︎
  10. Mújica, J. y Fabelo, J. La colonialidad del ser: la infravaloración de la vida humana en el sur-global. Estudios de filosofía práctica e historia de las ideas. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (2019)<http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-94902019000200004&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1851-9490. ↩︎
  11. Duarte, J. Expulsión de los Misioneros Capuchinos por la Comunidad Arhuaco en la Sierra Nevada de Santa Marta 1982. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2018 ↩︎
  12. Información que he venido recopilando con varios representantes del pueblo Arhuaco, entre ellos, La familia del Mamo Kuncha en el sitio sagrado de Ukungeka, en la Sierra Nevada de Santa Marta y conversaciones que tuve con la docente Gloria Uribe en 2016, Antioquia. ↩︎
  13. Bhumi, del sanscrito, Madre Tierra. Swami Prabhupada, B. (1980) Śrīmad-bhāgavatam: 1.12. Bhaktivedanta Book Trust. España ↩︎
  14. Kali Yuga: Conocida como la era de la riña e hipocresía. La cual tiene una duración de 432 mil años, de los cuales solo llevamos 5 mil ↩︎
  15. Francis Bacon (1561-1626 ↩︎
  16. Baggiarini, E. El inquisidor y la bruja. Verdad, poder y hermenéutica del cuerpo en la Cautio criminalis de Friedrich Spee (1632). Universidad de La Plata, 2022 ↩︎
  17. Capra, F. El Punto Crucial: Ciencia, sociedad y cultura naciente. Editorial Troquel S. A., 1992. Buenos Aires, Argentina ↩︎

4 comentarios

  1. Excelente y conciso compendio, Vishnu. Gracias por compartirlo.

    En algunas partes, integrando mi lectura al cuidado ecológico como conexión a la naturaleza, en un enfoque muy personal, coincido con el «canto a la tierra» compartido. Cuando observo y percibo a gente arraigada por el auge ecologista, presentándose como salvadores del planeta en el arquetipo de héroe de la tierra recogiendo tapas de gaseosa, o quejándose continuamente de los demás humanos sin conciencia del cuidado de la tierra, hay todo un espectro de acciones y pasividades. Siento que dimensionar el grandísimo poder de la Tierra no se ha interiorizado. Para mí, la Tierra, con un gran escupitajo de agua, acabaría con la existencia humana cuando verdaderamente se hastíe de nuestro mal uso. Mientras disfrutar de su bondad y amorosidad (desde lo individual y grupal) en conexión y respeto a la Pacha Mama es suficiente para el espíritu individual y colectivo.

    • Muchas gracias querido Ismael por tus observaciones y claridades. Es cierto, tanto el concepto Madre Tierra y su práctica, son un tema que aún nos cuesta mucho aplicar de forma coherente en nuestras vidas. Cualquier esfuerzo sincero sin duda alguna va generando un impacto en nuestro entorno, entendiendo que ser sinceros implica también todo un esfuerzo.

  2. Walter, muchas gracias por tu palabra. Completamente de acuerdo, la descolonización del Ser sin duda significa sanar nuestra relación la Naturaleza, y esto, en mi sentir, implica mucha profundidad. La sanación de nuestra relación con la Madre Naturaleza nos lleva a sanarnos a nosotros mismos. Por eso, siento que el proceso de descolonizarnos a nosotros mismos es un proceso que requiere de una fuerza tan poderosa y mágica como la misma Naturaleza para poder intentar sanar nuestra relación con ella. Por supuesto, es un proceso que es infinito como la misma Naturaleza.

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